La Shantiniketan, la amada de nuestros corazones, es nuestra, y nuestros sueños los mecemos en sus brazos. Su cara, cada vez que la miramos, es nueva maravilla de amor; porque es nuestra la amada de nuestros corazones.
Nos reunimos a la sombra de sus árboles, en la libertad de su cielo abierto; y sus auroras y sus anocheceres nos bajan los besos del cielo, y nos hacen sentir, cada vez, que es nuestra la amada de nuestros corazones.
El susurro del bosque le inquieta su paz sombría, y sus macizos de amlaki se estremecen con la embriaguez de las hojas. Por lejos que vayamos, vive en nosotros y a nuestro alrededor. Teje nuestros corazones en una canción, y nos hace uno en la música, afinando nuestras cuerdas de amor con sus dedos. Y nunca olvidamos que es nuestra la amada de nuestros corazones.
*Canción de Rabindranath Tagore para su escuela Shantiniketan (Morada de Paz)
*Canción de Rabindranath Tagore para su escuela Shantiniketan (Morada de Paz)
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